Objetos de afecto

Museo portátil de alumno de Alicia Villarreal

No son muy numerosas las audiencias de los museos en nuestras latitudes, lo cual suele deberse a su extrañamiento de la comunidad en la cual están insertos, que los observa con reverencia, si no con temor, y asimismo al súbito envejecimiento que parecen sufrir sus piezas al trasponer sus puertas, cual si hubiesen pasado a integrar un mausoleo. Hay varias estrategias surgidas a partir de estos desencuentros, como el Museovivo que viene desarrollando Margarita Ovalle, recogiendo visiones de mundo de diversas comunidades urbanas y rurales de Chile, o la obra que propuso Alfredo Jaar en 1996 al Museo del Oeste, en Caracas, entregando cámaras fotográficas a los residentes del barrio popular que lo rodeaba, para luego exhibir las imágenes que habían tomado y lograr que visitaran por primera vez dicho espacio. Mal que mal, toda colección se inicia con objetos de afecto que no califican para hacerlos públicos en la medida que incrementa su valor emocional.

Alicia Villarreal venía trabajando por largo tiempo en las colecciones desvanecidas de museos extintos, hasta que remontó hacia la esencia del coleccionismo y encontró sus fuentes al interior de casas de barrios de larga data, entre Brasil y Matucana, centro abajo. Allí no sólo descubrió objetos de afecto conservados incluso por generaciones, sino pequeñas puestas en escena que terminaron por constituir las salas de un extenso museo tan vital como que no ha sido formulado, tan asiduo como que es privado. Con la candidez inspirada, la perseverancia y la prolijidad de una escolar de antaño, virtudes arraigadas en aquella época cuyas casas aún siguen en pie, la artista documentó fachadas e interiores, objetos y testimonios, hasta conformar el acervo del Musba o Museo de barrio, donde el contenido es a la vez el lugar que lo contiene. En un contrapunto que revierte cualquier resabio nostálgico y consolida la vigencia de su discurso crítico, al tiempo que ofrece una opción redentora por más que metafórica, Villarreal dirigió un taller de alumnos de arte, diseño y arquitectura de la Universidad Diego Portales, en el cual éstos diseñaron diversos museos portátiles que los visitantes de la exposición pueden armar a voluntad, y llevarse para la casa.


Alicia Villarreal – Condición de lugar
Sala Gasco
Santo Domingo 1061, Santiago
Hasta el 28 de noviembre

El Sábado 529 – Arte 338
30.10.08. (para publicar el 08.11.08.)