Pandora y los accidentes

Caja blanca con Meninas, de José Tolosa

Se sabe que las cajas negras que llevan los aviones ¬–que son, por lo demás, naranjo brillantes¬–, almacenan datos de rutina que se vuelven claves en caso de accidente, pues consignan sus circunstancias a la vez que superan sus consecuencias, al estar diseñadas para resistir los peores daños. Considerando el momento en que fue constituido el colectivo de artistas Caja Negra, en 1983, a diez años de iniciada la dictadura militar, no deja de producir admiración la pertinencia de su nombre y, más aún, que haya sobrevivido sucesivos accidentes sin dejar de consignar diligentemente los datos clave de sus ocurrencias, y ello cruzando largas y siempre impredecibles distancias de vuelo. La virtud tanto del nombre como de su ejercicio por parte de sus integrantes, pareciera haber estado en privilegiar la intuición antes que algún propósito de largo aliento, y en establecer parámetros elementales como una dirección de referencia, un peso máximo –y mínimo– de carga individual, más la necesaria vocación por una impertinencia indispensable para destapar las entelequias investidas de gravedad de estos últimos 25 años. Es gracias esta perspicacia que Pandora ha podido renovar su caja de imponderables a cada accidente acontecido.

El otro atributo de este colectivo, que celebra sus 'bodas de plata' en varios espacios como las salas del Museo Nacional de Bellas Artes en Plaza Vespucio y Plaza Norte, es que sin casarse con ninguno, sus miembros han sabido mantener relaciones intensas entre todos quienes lo han integrado en algún momento, haciendo de este flujo un componente esencial de su vitalidad y su vigencia. En la muestra de Plaza Vespucio se puede recorrer a dos o tres de sus generaciones, en obras cuya incidencia crítica, muchas veces radical, no obsta para que trasunten originalidad y atractivo estético, como el estadio de fútbol de Enrique Flores realizado con deshechos (que nadie confunda este trabajo con la obra de Norton Maza, pues éste escenifica acontecimientos, en tanto Flores metaforiza su latencia), así como acusar algunas decepciones, como el empate a 0 que se produce entre tanto elemento significante congregado por Víctor Hugo Bravo, o aplaudir la emergencia de sangre joven, como la de José Tolosa y su caja blanca.

Caja Negra – En Caja Dura

Museo Nacional de Bellas Artes

Plaza Vespucio, Plaza Norte, Santiago

Hasta el 23 de noviembre


El Sábado 530 – Arte 339
07.11.08. (para publicar el 15.11.08.)