La vida regresiva

Detalle de instalación alternativa de agua potable

Cuando, en el colegio, uno se embarcaba en una ecuación de cierta extensión y complejidad y, al ir avanzando por la segunda página, empezaba a percibir que algo no andaba bien pues las operaciones no estaban saliendo muy limpias y difícilmente culminarían en un resultado correcto, entonces solía devolverse a la primera página para descubrir, casi al comienzo, una función mal realizada que estaba determinando que todo lo que seguía viniera equivocado. Algo así es lo que sucede con la historia del hombre, quien trata de parchar cada mal paso dado pero sin mayor destino, pues no puede dar vuelta la página y corregir el antiguo error que derivó en todos los que lo vienen sucediendo. Esta ecuación fatalista se ha puesto en evidencia en los últimos tiempos con los problemas, entre otros, del equilibrio del entorno natural frente a la avasalladora imposición del dinero, la sobreindustrialización y su consumismo congénito como paradigmas de la evolución. Es al entender al ser humano como integrante de ese entorno cuando surgen las preguntas, e inmediatamente la decepción al descubrir que las respuestas han sido hipotecadas por el modelo que, surgido del error de la primera página, se perpetúa majaderamente como la solución inminente que nunca llega ni va llegar.


La propuesta intuitiva de la curadora de Matucana 100, Camila Marambio, de replicar en este centro cultural la huerta que la artista Katherine Purdy cultiva en su casa, ha derivado en la conversión de un terreno baldío en un espacio donde han convergido diversos artistas para diseñar fuentes de agua, nidos para aves urbanas o camas de tierra propicia donde plantan distintas variedades de verduras y legumbres provenientes de semillas naturales. Esta gestión regresiva hacia la generación de bienes esenciales desde lo natural, o desde el reciclaje adaptativo de lo artificial, derivó en la convocatoria a un contingente de artistas jóvenes para crear, también retroactivamente, espacios funcionales para la alimentación, la producción de piezas de costura y la impresión serigráfica de los resultados de tan extensa experiencia, que incluye conferencias especializadas que van de la ornitología a la economía sustentable. Quizás así, desde la ficción del arte, la sociedad pueda saltar hacia la página anterior y enmendar el rumbo.


La huerta
y Cómo hacer de algo otra cosa
Centro Cultural Matucana 100
Matucana 100, Quinta Normal
Hasta el 25 de marzo

El Sábado 547 – Arte 356
06.03.09. (para publicar el 14.03.09.)