Precaria artis

Siete colores

Son mucho o tan poco

Cierra los ojos


Félix Lazo manufactura y pinta pequeños artefactos que subliman las historias de los muros que adhieren, guardan secretos velados al mirante quien tan sólo recibe el enunciado externo y no obstante se deleita, intentando creer que estos sutiles volúmenes no mienten sino apenas disimulan. La endeblez de su hechura es tal –el rasgar del lápiz, el desliz del agua– que no podrían amortajar grandes relatos orales ni monumentos históricos ni miradas desquiciantes, pero ¿quién puede dar fe hoy a los envoltorios, más aún si tan frágiles, coloridos y polimorfos?



La respiración

Agita el silencio

Sólo suspiros


Ireneo Nicora celebra rituales íntimos interviniendo papeles con gestos que reitera hasta elevarlos en trance. La pauta se sucede una vez y otra y otra, de la tierra al fuego al agua al aire, de la mente al cuerpo al espíritu al éter adonde finalmente todo se disipa para renacer en el ciclo sucesivo. Sus metáforas rezuman desde las manchas del aceite y el pigmento: sangre y semen, lágrimas y sudor dejan su impronta en el papel que luego es lavado y vuelto a lavar y puesto a estilar hasta que el aire evapore el último vaho. Entonces se mece a la brisa.



Cuando empiezo

Cuando sigo empiezo

Cuando termino


Jean Piguet es al mismo tiempo Homero y Odiseo, vive las vicisitudes de cada día a medida que transcribe las vicisitudes que vive cada día, y todas las consigna en un breve cuadrado de papel que resume el universo y se multiplica a la vez para conformarlo. Conjura los desvaríos, los cantos de sirena y los mares sin viento atando sus procesos a un signo, a una cruz que le permite sumar y multiplicar sin perder el centro ni darle a la duda más lugar que a la certeza, de la cual recela por igual. Nadie crea por tanto que el suyo es el hilo de Ariadna.



Trazos de humo

Un efímero vergel

Sube al cielo


Evelyn Rozas eleva plegarias inconclusas por las ráfagas de los tiempos que corren. Intenta soslayar el desmantelamiento del horizonte con escenarios evocativos que ensalzan lo que alguna vez hubo o describen lo que pronto no va haber. Persevera como aquellos semidioses que sabiendo la guerra perdida igual partían cada mañana a dar la batalla. Hasta que descubre el humo, el humo que todo lo envuelve y confirma la extinción de lo que cupo ser su combustible. Y allí las esconde, allí preserva camufladas las improntas de las plantas de sus amores.



Nudo a nudo

La memoria libera

El presente


Dominique Serrano urde los hilos de la nostalgia en velados encuentros con la melancolía. Tramas abiertas, cordones imbricados, breves bordados o espesos moutones de astracán acotan el devenir de los acontecimientos que conforman esa memoria que hoy quiere guardar. No resta nada, no agrega tampoco: todo lo que fue o pudo ser o quiso ser (que al final es lo mismo) se dispone para recibir su homenaje. Después lo remitirá al pasado, allí donde el olvido ronda infructuosamente pues, como sabemos, pasado y futuro son un sólo tiempo. El presente es el otro.



Mario Fonseca

Textos para la exposición "De lo precario" en el Centro de Extensión Cultural Alfonso Lagos, Chillán, septiembre 2011